29 dic 2017

Cerro de Pasco, una de las ciudades más altas del mundo

En el pueblo de Lamas, la comunidad Waycu mantiene sus tradiciones

Tarapoto es uno de los principales centros turísticos de la amazonia peruana, pero no lo pudimos recorrer mucho debido a una situación familiar de Susan, necesitábamos apresurarnos un poco hasta Arica para ver la posibilidad de que ella fuera unos días a Santiago, dependiendo de los costos de los pasajes. 

Jhonatan Jimenez nos estaba esperando en Tarapoto, nos tenía muchas preguntas pues quería llegar a Punta Gallinas, el extremo norte de Sudamérica. Le contamos los detalles de cómo llegar y cómo lo hicimos nosotros, y justamente hoy, Jhonatan subió una foto a Facebook en en el famoso Faro de Punta Gallinas. Felicidades amigo por la travesía, sabemos que no es fácil.  

Al atardecer Jhonatan nos llevó a un lugar bien particular, es un río pequeño que se encuentra a la salida el pueblo, en donde la gente va bañarse en la noche. Jhonatan no tiene agua potable ni corriente en su casa. En el baño hay que usar un tambor con agua, sacada del mismo río para limpiarlo.

Cenando con Jhonatan

Nos habían dicho que no nos podíamos perder el Castillo de Lamas, un pueblo cerquita de Tarapoto. Aunque es un castillo como casi cualquiera de los que se podría observar en Europa, a nosotros no nos impacto tanto ya que es sólo una réplica que se hizo con fines turísticos y comerciales. Lo que sí nos gustó mucho fue visitar la plaza del pueblo donde los indígenas estaban haciendo algunos bailes típicos.


Castillo de Lamas

Mientras observábamos los bailes de la comunidad Waycu, noté que muchas casas aledañas no tenían ventanas, sólo una puerta
Entonces Jhonatan nos cuenta que la gente cree existe una especie de duende que viene en las noches a robarse a los niños cuando son pequeños. Para que no pueda entrar, la gente no le hace ventanas a sus casas. 



Danzas tradicionales de la comunidad Waycu

Casa sin ventanas en Lamas


De Tarapoto a Tocahe 

Queríamos llegar a Tingo María, Jhonatan nos había dicho que debíamos salir temprano para cubrir esa distancia, que no es tan larga, pero debido a las curvas, a los caminos de tierra y los trabajos en la vía que se están desarrollando la ruta se hace lenta. Susan y yo sabíamos que no madrugaríamos, no íbamos a salir a las 6 am como nuestro amigo nos había recomendado. Nos levantamos a las 8 (haciendo un esfuerzo monumental) con toda la calma del mundo alistamos el equipaje y desayunamos. A las 10.00 u 11.00, quizás más tarde, ya estábamos listos para partir. 

Jhonatan se reía un poco de nosotros por lo malo que somos para madrugar. A nosotros también nos causa risa, pero no nos complica, si no podíamos llegar a Tingo María no había problema, buscaríamos otro pueblo en la selva donde dormir. 

Ruta en construcción por la selva

Debido a que la vía está en construcción, está en muy mal estado, por lo que resultó ser mucho más desafiante de lo esperado, sin embargo los paisajes entre la selva son maravillosos. Los árboles son gigantes, a veces nos rodean por todos lados, y pasamos por algunos riscos donde la maquinaria se ha abierto camino por subidas y bajadas en el monte. A veces vemos planicies muy grandes, donde admiramos las copas de los árboles hasta el horizonte. Eso nos mantenía felices admirando el paisaje selvático, el cual para nosotros no es común y disfrutamos muchísimo. 

Esa ruta comprende ripio suelto, muy suelto, barro, tierra suelta y compacta, piedras, cruce de ríos y mucho tránsito de vehículos pesados, también de autos que creen estar compitiendo en un rally, por lo que hay que tener mucha precaución. 

Todo eso la vuelven muy peligrosa, pero nosotros íbamos tranquilos, “Al Ritmo del Paisaje”, sin apresurarnos ni molestarnos por la imprudencia de los conductores. Hace un rato venían dos amigos en dos motos realizando algunas acciones temerarias, una de ellas terminó chocando por detrás a uno de los autos que frenó de improviso debido a un tramo en muy mal estado que había que pasar a baja velocidad. Al piloto no le pasó nada, pero la moto se rompió entera.  

Estar cruzando esta selva, ver la profundidad de las copas de los arboles hasta el horizonte nos hace imaginar y pensar en los antiguos exploradores, los primeros colonos que venían buscando nuevas oportunidades de trabajo y de vida. Qué riquezas esperaban encontrar, o qué era lo que buscaban realmente, muchas veces arriesgando sus vidas tratando de encontrar nuevos horizontes. Sé lo que buscamos nosotros, esos sueños de niños, de explorar, descubrir, arriesgar, ver más allá, conectarse, saciar la sed de aventura. Ir cada vez mas lejos, donde pocos o nadie ha ido antes. Y en moto, la aventura tiene un sabor muy especial.  

Hoy estamos recorriendo Sudamérica, y no somos los únicos, hemos cruzado muchos viajeros, distintos estilos, buscando distintas cosas, pero con una misma pasión. 


Cerro de Pasco.

Habíamos trazado una ruta y teníamos algunos contactos que nos iban a apoyar en ese trayecto entre Tarapoto y Lima, pero como salimos tarde y dormimos en Tocache, se descompaginó todo lo que habíamos planeado. Aun así, trajo consigo muchos aciertos, como descubrir este pueblo en la sierra peruana, Cerro de Pasco.

Es una vía asfaltada en muy buen estado, comenzamos a subir, a subir y subir abandonando la exuberante vegetación de la selva dejando atrás Tocache  para dar lugar a una vegetación más escasa, típica de la cordillera de los Andes, sumado al frío que comenzamos a sentir, nos avisaba que debíamos estar sobre los 4000 msnm.  

Hermosas rutas en medio de la Cordillera de los Andes

Acordamos alojar en el próximo pueblo que viéramos, pronto llegaría el atardecer y el frío que eso conlleva a esa altura. Veníamos cansados, con hambre y mucho frío, al entrar a Cerro de Pasco paramos en el primer hotel que vimos, casi siempre buscamos hostales pues los hoteles suelen ser más caros, este en particular ya se veía “pituco” solo con mirarlo desde afuera, aun así, preguntamos para tener una referencia de precios. Susan salió con tremenda sonrisa y me dice: ¡35 soles con agua caliente, wifi y estacionamiento!!!!

Luego de acomodarnos salimos a buscar algo para comer dejando las motos estacionadas para evitar el frío, hace tiempo no sentíamos tanto frío. Tomamos un moto-taxi hasta el centro para buscar comida y un café. La ciudad es un poco rara, oscura, sucia y fea, da una sensación de inseguridad, aunque no vimos nada en particular, las alarmas se encendieron. Comimos arroz con pollo asado, un clásico en Perú, y tomamos un brebaje caliente de quinoa con manzana, estaba muy muy rico y nos devolvió la temperatura. Queríamos café pero era lo único caliente que tenían para beber.  

En una de las ciudades más altas del mundo

Al volver al hotel Susan vio un letrero que decía: “Bienvenidos al Ciudad más alta de América”. Buscamos en internet y hay distintos ranking de las ciudades más altas del mundo. En uno de ellos pone a Cerro de Pasco como la segunda más alta del mundo y la primera de América. Pero hay otro ranking en el que muestra otra ciudad más alta que Cerro de Pasco, aquí mismo en Perú, se llama La Rinconada y está cerca de Puno con 5.099 msnm.

De todas formas Cerro de Pasco se ubica a 4.338 msnm y es la ciudad más alta en la que hemos dormido con las motos. Hasta ese momento habíamos estado en varios pasos sobre 4800 msnm, y recientemente estuvimos sobre los 5.000. Nuestras fieles Falcon Rockeras nos han llevado por muchos caminos y lugares sorprendentes, muchos de ellos los hemos descubierto accidentalmente.

¿A dónde nos llevaran nuestras motos, a dónde nos llevaran mañana nuestros sueños? Pronto lo descubriremos.

Mientras escribo estas líneas nos encontramos en Barrerinhas, un bello pueblo en el norte de Brasil, aún estamos muy muy lejos de casa. Les deseamos a todos muy feliz Año Nuevo. Que el 2018 esté cargado de éxitos y aventuras. Descubran, vivan, viajen!!

Son los sinceros deseos de la Expedición en Moto, Susan y Ariel Motografiando América!

Muchas gracias a todos nuestros amigos y colaboradores que de alguna u otra forma han unido a nuestro sueño de recorrer Sudamérica en moto.

Relieve, Honda Colombia,  Honda Brasil, Liqui Moly, Cardo Scala Rider, Mx Metzeler Chile, Honda Adventure, Año 1, Bujías Brisk Chile, Trail on Fire, Loretta Motos Chile, Indo Trail, MotoCenter, ProCircuit, y Moto-K.

Crónica por Ariel Cantillana. 

24 dic 2017

Review: Cardo ScalaRider SMARTPACK DUO

Ya van más de dos meses desde que Cardo nos envió nuestros intercomunicadores ScalaRider SMARTPACK DUO. Durante este tiempo los hemos puesto a prueba en las más diversas condiciones y se han comportado a la altura de las circunstancias.


A primera vista el dispositivo es elegante, el diseño es fino y da la apariencia de ser delicado. Sin embargo, ha resistido golpes sin sufrir ningún daño, tampoco se estropea con  el polvo, la lluvia y la humedad.

La instalación es rápida y fácil, el kit provee distintos sistemas de anclaje, uno tipo prensa y uno adhesivo. Provee además micrófonos para casco abierto y cerrado, almohadillas para acomodar los audífonos en cascos con mucha profundidad en las orejas, y esponjas de repuesto para los micrófonos.

Los dispositivos se vinculan entre sí rápidamente, y ya vienen emparejados de fábrica.


Lo primero que hicimos fue probar la distancia de separación que los dispositivos toleran, para ello escogimos una recta de la costa ecuatoriana. Nos separamos por más de un kilómetro, hasta que veía a Ariel como un punto pequeño en el horizonte. La comunicación se mantuvo intacta, de perfecta calidad y sin ruido de fondo.

Durante el viaje era normal que nuestros dispositivos antiguos (de otra marca) perdieran la comunicación en caminos muy sinuosos o de ripio, el ScalaRider ha demostrado ser competente incluso en esas condiciones, aunque en ciertos tramos demasiado sinuosos o al adelantar una gran cantidad de camiones la conversación se torna ruidosa, en esos casos basta con levantar la antena retráctil para la que la calidad de la conversación mejore totalmente. En condiciones normales no es necesario levantar la antena. Solo un par de veces, luego de estas maniobras ha quedado un ruido de fondo en la conversación, en ese caso desvinculamos ambos dispositivos (sin apagarlos) e inmediatamente los volvemos a vincular, así el ruido desaparece.


Los botones son fáciles de manipular con guantes, sin embargo, a veces nos equivocamos en la combinación de botones y sin querer prendemos la radio o activamos la lectura del menú. Es aquí cuando la aplicación para smartphones resulta salvadora, pues desde ella es muy fácil controlar las diferentes funciones del aparato. La perilla para aumentar o disminuir el volumen ha resultado muy práctica, permite reaccionar rápido y es fácil de usar.

Los comandos de voz están predeterminados en inglés, pero pueden ser configurados a casi cualquier idioma. La voz en español no es muy agradable, pues, a diferencia de la inglesa, es muy robótica.

A diferencia de nuestros antiguos intercomunicadores, el micrófono del ScalaRider, filtra mucho el ruido ambiente, algo sumamente bueno pues ya no escuchamos el viento en el casco del otro, y los bocinazos ya no resuenan en mis audífonos. Aunque Ariel lamenta no poder espiar mis conversaciones cuando me quito el casco, jajaja.

La carga de la batería dura las 13 horas de conversación continua que declara el manual. La alarma que indica batería baja comienza a sonar a las 10 horas a intervalos espaciados, haciéndose más frecuente a medida que la batería disminuye. Esta alarma es armoniosa, a diferencia de la de nuestros antiguos dispositivos, y suena en bajo volumen por lo que permite continuar con una fluida conversación. La recarga de los dispositivos es muy rápida, en 4 horas ya están completamente cargados, cuando la batería se ha descargado completamente.

En frío la duración de la batería ha bajado muy poco, entre 11 y 12 horas de conversación continua, una diferencia insignificante dadas las condiciones climáticas.



Aunque se puede compartir música, no hemos conseguido hacerlo, ni usando las combinaciones en el dispositivo ni desde la aplicación, no nos hrmos dedicado totalmente a indagar como usar las múltiples opciones que trae el SMARTPACK DUO.

Hemos podido programar la radio, ambas en la misma frecuencia para poder cantar a todo pulmón. Al principio, al vincular los dispositivos entre sí bajaba mucho el volumen de la radio, y al manipular la perilla de volumen solo modificaba el volumen de la voz, así, en carretera casi no se escuchaba la radio. Luego descubrimos que el volumen de la radio debe estar al máximo al momento de vincular, para luego poder bajar solo el volumen de la voz, y así se mantiene audible la música en todo momento. Aun así nos gustaría poder aumentar un poco más el volumen de la radio.

Desde que recibimos ambos dispositivos en Guayaquil hemos circulado bajo diferentes condiciones climáticas, lluvia intensa, nieve, mucho viento y calor excesivo. En todas ellas el intercomunicador funciona a la perfección, no pierde mucha batería con el friío intenso y no se sobrecalienta con el calor excesivo, a diferencia de otros aparatos que dejan de funcionar. El viento parece no afectarle, el volumen se regula automáticamente y la comunicación continúa siendo fluida.

Tiene más funciones que no hemos podido probar, como la comunicación grupal, ya que no hemos coincidido con motociclistas con el mismo dispositivo, ni tampoco la comunicación con el GPS pues no viajamos con uno.

Respecto a la post venta, eso es algo sumamente diferente. Cuando nuestros antiguos dispositivos comenzaron a fallar, nos comunicamos con “la marca” para repararlos, pero nos mandaron a Italia para poder hacer la revisión. En cambio, Cardo ha estado dispuesto a escucharnos y atender nuestras necesidades, aun cuando no éramos clientes de ellos. Fue así como conseguimos este patrocinio. Ellos han estado pendientes del funcionamiento del aparato y de responder cualquier consulta nuestra.


Para un viaje de estas características, especialmente cuando se viaja en grupo o en pareja, la comunicación se vuelve fundamental. Es indispensable, para alertarse peligros en la vía, comunicar problemas de salud, coordinar las paradas y a veces simplemente para alertarnos de un paisaje espectacular, de esa manera no nos perdemos nada de las maravillas que pasan delante de nuestros ojos.


Crónica por Susan Arias



21 dic 2017

Gocta, una de las cataratas más altas del mundo

Se vende como la tercera catarata más alta del mundo, pero buscando información en Internet para saber cual eran las otras dos y descubrimos que en realidad es la 15° más alta con 771 mts. Aún así es realmente impresionante, llegar ahí es una aventura y el lugar que la rodea presenta una vegetación exuberante entre montes de geografía accidentada que nos cautiva. 

Para llegar a este mágico pueblo, salimos desde Vilcabamba en Ecuador tomando la vía principal, que en realidad no pareciera ser principal debido a que es de tierra, y como ha llovido, es puro barro entre una vegetación espesa y profundos acantilados sin barreras de protección, muy parecidas a las distintas “Rutas de la Muerte” en Sudamérica, ya sea la famosa ruta de Bolivia o las menos conocidas de Perú y Colombia.


Rumbo hacia la frontera de Perú por La Balsa

Nos habían advertido que con lluvia esta ruta podía ser difícil, pero decidimos hacerla de todas formas, pues también sabíamos que sería hermosa. Nos sorprenden los numerosos retenes militares en el lado ecuatoriano, nos paran un par de veces, pero no nos revisan el equipaje. Hace unas semanas pasaron por aquí unos amigos colombianos, nos dijeron que los militares en dos ocasiones les revisaron todo el equipaje. Es sabido que a los colombianos los revisan más que a otros.  

Una de las tantas "Rutas de la Muerte" no oficiales de Sudamérica

Los últimos kilómetros antes de la frontera con Perú fueron los peores, pues el radiante sol que nos acompañaba no había alcanzado a secar el infernal barro de la lluvia nocturna. El resultado fue una trampa de barro jabonoso que se ponía mucho peor en el tramo que debíamos hacer de bajada. Algunos locales pasabas en sus motos 125cc o 150cc patinando con sonrisas nerviosas, mirando nuestras pesadas y cargadas motos. 

Hace un año quizás habríamos caído algunas veces, ahora tenemos más experiencia con nuestras motos y cada vez la conexión con ellas es mejor, logramos sortear este obstáculo sin ninguna caída. Un pequeña victoria para ese día.

Hicimos los papeles clásicos en la frontera de Ecuador y luego seguimos hacia la de Perú que está unos metros más allá. Justo ese día fue el famoso y controversial Censo en Perú, en donde tenían la orden de no moverse de sus casas en todo el día, por lo que la aduana estaba medianamente cerrada. Tuvimos que esperar largos minutos hasta que llegara el agente a sellar nuestra entrada, pues no esperaban que nadie cruzara ese día.  

- No pasan muchos vehículos extranjeros.- nos confiesa sonriendo. Puesto que como en muchas fronteras, peruanos y ecuatorianos cruzan sin hacer papel alguno, mientras se mantengan en la ciudad fronteriza. -Hoy no podemos movernos de nuestros hogares o lugares de trabajo. Pero esa ley no aplica para ustedes.


Lo bueno fue que como nadie podía salir de sus casas ese día, teníamos la vía para nosotros solos, y eso se noto. En pocas horas pudimos avanzar varios kms, además que sorpresivamente el asfalto está en muy buen estado, mucho mejor que en la costa, y es una de las mejores vías de Perú. Lo disfrutamos mucho. 

Chachapoyas nos recibió con lluvias y algunos baches en esa casi perfecta carretera que veníamos disfrutando. Como está en buen estado, uno se confía hasta que aparece una zona meteorizada justo unos metros delante de tu rueda.

Entrando al pueblo nos habíamos decepcionado un poco, pues nuestra primera impresión de Chachapoyas no es lo que nos habían dicho, sin embargo al ir hacia el centro del poblado todo cambió. Es ordenado, limpio, bien cuidado, los moto-taxis están prohibidos, se respeta al motociclista y a los semáforos. Se ve que el turismo le ha hecho bien, aunque todavía es una actividad emergente en la zona. 

Toda la gente nos trata muy bien, no sé si porque Chile se quedó fuera del mundial o porque ya pasó el odio que nos ganamos con nuestros vecinos después de ganar la Copa América. Hay que decirlo, después de la Copa América, todos odiaban a los chilenos, en parte por los comentarios “levantados de raja” de muchos jugadores, y por el comportamiento de algunos compatriotas. Ahora las cosas han cambiado para bien, quizás no fue tan malo que Chile quedara fuera de Rusia 2018.

Dimos un par de vueltas por la plaza y los alrededores para buscar alojamiento, llegamos a uno que está recién abriendo sus puertas justo al lado de la plaza principal, se llama Norte Backpackers y es atendido por sus dueños. Aunque está al lado de la plaza no es caro, es limpio, tiene mucha onda y con estacionamiento para las motos. Nos costó 30 soles la habitación (que era gigante) con wifi, cocina compartida y el agua, era verdaderamente caliente, algo que no es fácil de encontrar en Perú. El clima es agradable para nosotros, pues aunque es selvático, está más bien alto, por lo que hace unos agradables 15 a 20 grados. 

Como de costumbre, fuimos a información turística para conocer más del lugar, conseguir un nuevo mapa de Perú y preguntar sobre la famosa Catarata de Gocta, una de las más altas del mundo. No siempre nos dan buena información, pero al menos sabemos un poco más de los lugares y obtenemos un buen mapa de la zona. Usamos también la aplicación para celulares Maps.me para ubicarnos sobre todo en las ciudades, pero en ruta nos gusta tener un mapa de papel para tener una visión más global.  

También fuimos a las agencias de turismo a preguntar por las salidas y tour que hacen, por dónde van, qué veremos y qué incluye, como si fuésemos a tomar el tour. Después calculamos lo que gastaríamos nosotros si vamos en moto o mochileando y vemos que nos conviene más, siempre lo hacemos así. Hay lugares que hay que hacerlos en moto, otros, no importa mucho como llegas.

En este caso nos conviene dejar las motos en el hostal, ir al terminal, tomar una combi y después un moto-taxi hasta la entrada de la cascada. También nos gustan estas experiencias, bajarnos un rato de la moto y recorrer los lugares a pie o en el transporte habitual que usa la gente local. (Aunque a veces decimos: por qué ¡”#$”# no vinimos en moto, pero otras veces es un acierto) 

Ese día conocimos a unos franceses bien buena onda, están hospedados en el mismo hostal. Uno de ellos compró una moto 150 cc en Colombia para recorrer Sudamérica. Sus amigos van mochileando y se reúnen con él en los pueblos para salir a recorrerlos juntos. Al día siguiente irían a los sarcófagos de Karajía, un lugar que también queríamos visitar, así que decidimos ir todos juntos. 

Hacia los sarcófagos

Llegamos al terminal de buses, y como éramos 8, fue más fácil regatear el precio. Los sarcófagos fueron descubiertos hace poco, como muchos de estos lugares, fueron saqueados y se llevaron los artefactos arqueológicos a museos particulares, de Sudamérica y de Europa. 


Misterios en los acantilados peruanos

El lugar nos impresiona menos de lo esperado, aun así, es increíble ver como esta antigua cultura ponía a sus muertos en sarcófagos que están ubicados en acantilados de muy difícil acceso. A presar de ser intrigante no recomendaría este lugar, está recién en desarrollo y las instalaciones no permiten que sea un lugar tan impactante como podría serlo.

De todas las excursiones a cascadas que se pueden hacer, decidimos ir a la de Gocta. Fuimos al terminal de buses para tomar una combi hasta el pueblito de Gocta, en la salida del pueblo le pagamos a un Moto-taxi para que nos llevara, son 6 kms de subida hasta la entrada por un camino vehicular de tierra. 

La caminata que realizamos por la exuberante selva es muy exigente. Nos dijeron que tardaríamos dos horas de ida y dos de regreso, sin embargo tardamos sólo una hora y media de ida, a paso lento pero constante, como decimos nosotros, “Al Ritmo del Paisaje”. Esta excursión presenta una fuerte pendiente entre piedras, escalones, tierra y, debido a las lluvias recientes, un poco de barro bien pegajoso. 

Vista lejana de la catarata

Toda la gente que encontramos es muy amable, tuvimos la oportunidad de conversar con uno de los lugareños que iba a caballo, se detuvo al lado del camino y nos empezó a conversar. Él estaba muy contento de vernos, y orgulloso de haber nacido y crecido en ese lugar. Él comprende lo importante que son los turistas para la economía de la región y nos contó cómo fue la historia del descubrimiento de esta catarata, pues él fue uno de los que acompañó al aventurero alemán que quiso ir a verla. 

Es una historia relativamente nueva, pues la catarata se dio a conocer recién hace 10 años. El 2003 un alemán llamado Stefan Ziemendorff, vio desde un pueblo cercano la cascada y quiso llegar hasta ella, cuando fue al pueblo de Gocta para buscar gente que lo acompañara, nadie quiso ir con él debido a la leyenda que rodeaba a la cascada. Según cuenta la gente, hay una sirena viviendo en las aguas de la cascada, aseguran que incluso un hombre desapareció debido a que se enamoró de la sirena y nunca más lo vieron. 


Caminando hacia la cascada

El hombre a caballo nos cuenta que cuando el alemán intentó reclutarlos para la expedición, en la zona los salarios eran de 3 soles diarios, el aventurero alemán les ofreció 20 soles diarios por acompañarlo, pero nadie quería ir. Entonces el tipo a caballo nos dice que él mismo conversó con su tío para convencerlo de acompañar al europeo. 

-Tío, ¿por qué no va uste’? Total, si le pasa algo ya vivió lo que tenía que vivir, y si no pasa nada vuelve con plata. 

El alemán con su novia peruana que vivía en la zona y el anciano guía local fueron hasta la cascada, no recuerdo cuanto tardaron en llegar, pero debido a lo difícil de la huella en esa época tuvieron que acampar en la cascada. Imaginen como debe haber sido recorrer esa espesa selva, no hace mucho, pero por caminos inexplorados. El tío dijo que no pudo dormir en toda la noche por los ruidos nocturnos de la sirena, él estaba aterrado

El 2006 volvió el alemán con exploradores y equipamiento traídos desde Alemania para medir la altura de la cascada. Nuevamente nadie quería ir con el equipo alemán, pero esta vez fue el tío el que convenció a su sobrino, el mismo que nos cuenta la historia.

 -Vamos, a mi no me paso na’ y ahora somos más.-

Así fue entonces que ambos acompañaron al equipo alemán. 
El del caballo nos cuenta con mucho humor que en ese entonces él no sabía nada de GPS ni “Estación total”, por lo tanto no tenía idea de cómo iban a medir la cascada, nos dice que se imaginaba usando una “pita” para descolgándose por la cascada y medir la altura. 

-Tío, yo no me voy a subir ahí, yo le sostengo la pita desde abajo. - nos cuenta riéndose.  

Cuando terminaron las mediciones y triangulaciones, el alemán les dijo: Prepárense que esto va a explotar de gente. El tío le decía al sobrino: “la sirena volvió loco a este gringo.” 

Y, efectivamente como dijo el “gringo loco”, Gocta explotó de exploradores, turistas, mochileros y aventureros que querían ver esta belleza y las demás cascadas que abundan en Chachapoyas, quizás algunas aún no han sido descubiertas. Todo cambió en Chachapoyas y en el pequeño pueblito de Gocta, pues actualmente existe una incipiente industria hotelera y gastronómica, donde los lugareños se están dando cuenta que es un negocio rentable, y al mismo tiempo, con la conciencia de hoy, lo están tratando de hacer sustentable. De hecho ellos mismos lo manejan, lo cuidan, hacen mantención y la entrada de 10 soles, es para la comunidad y seguir mejorando y construyendo nuevas instalaciones. 

Se pueden alquilar caballos, usualmente de regreso que es el tramo más pesado. Los arrieros son hombres y mujeres por igual

Rápidamente el ministerio de turismo de Perú comenzó a venderla como la 3ra más alta del mundo, aunque sabemos que eso no es así, de todas formas, sus 771 metros de altura son impresionantes. Sé que en unos años todo esto va a cambiar, esperemos que la comunidad lo siga haciendo bien y que el dinero no mancille este hermoso sitio que aún es natural.
  
Desde lejos ya nos impacta la altura y espectacularidad que tiene la cascada, entre más cerca más crecía nuestra emoción y expectación, íbamos un poco cansados, pero sabíamos que valdría la pena. 




Nos comenzamos a acercar a la cascada, ya desde unos 20 metros antes de llegar a ella la fuerza del viento y el agua nos oponía resistencia, y en pocos segundos ya habíamos quedado todos mojados. Susan y yo queríamos bañarnos en las aguas de esa catarata, pero hacía tanto frío que desistimos de ello. 

Sin embargo, estar parados ahí, a los pies de aquella monumental masa de agua que caía hacia nosotros nos transmitió una sensación sobrecogedora que nos envolvió. No sé si hay una sirena, pero sí hay algo mágico en esa caída de agua. 



Las fotos no logran capturar la inmensidad de la catarata

Habíamos llegado cansados, pero al estar parados en silencio bajo la fuerza del agua y el viento podíamos sentir como nos limpiaba, como nos renovaba, como si todo lo malo se fuera y quedaran solo las mejores energías, las más limpias y positivas. Realmente fue reponedor. 

Después de comer algo comenzamos el regreso, que debía ser más lento por las fuertes pendientes y escalones que nos llevarían a la salida, pero no fue así, de verdad nos sentíamos animados y energizados. Veníamos conversando alegremente en todo momento, felices por lo que habíamos descubierto, por estar conectados otra vez con la naturaleza de esa manera, y tardamos apenas una hora en regresar.




Ambos coincidimos que es lo más mágico y maravilloso que tienen los viajes, o al menos el tipo de viaje que nos gusta hacer; conocer y descubrir estos sitios naturales que nos renuevan y nos llenan el alma, purifican nuestros sentidos y nuestro cuerpo, esos lugares que tanto amamos, que solo los encontramos en la naturaleza. 


Los invitamos a seguir viajando con nosotros, en la próxima entrada seguimos descubriendo la selva peruana. 

Agradecemos a nuestros amigos y colaboradores; Relieve, Honda Colombia,  Honda Brasil, Liqui Moly, Cardo Scala Rider, Mx Metzeler Chile, Honda Adventure, Año 1, Bujías Brisk Chile, Trail on Fire, Loretta Motos Chile, Indo Trail, MotoCenter, ProCircuit, y Moto-K.