Motógrafos

Susan y Ariel son una pareja de chilenos que comparten la pasión por los viajes, la vida al aire libre y las motociletas, así que era cuestión de tiempo que comenzaran a viajar juntos en moto. Ésta es la historia de la aventura que recién comienza, una Expedición en Moto por Sudamérica... 



Tiene 29 años, es Tecnólogo Médico de profesión, docente universitaria y clínico-asistencial para la misma carrera.  Aunque adora su trabajo, una parte importante desea dejarlo todo por recorrer el mundo, conocer y explorar. 

Hace 6 años comenzó a incursionar en el mundo de la fotografía, un mundo con el cual se ha obsesionado para estudiar e investigar nuevas técnicas. En su afán por disfrutar de grandes experiencias se encontró con el placer de andar en moto, descubrió que las dos ruedas podían llevarla a recorrer lugares inigualables y plasmarlos en el lente de su cámara convirtiéndose en una Motógrafa!
Ahora sabe que todas sus pasiones pueden mezclarse en una sola, que podía viajar a cualquier lugar en su motocicleta, fotografiar paisajes increíbles, caminar por montañas, valles y cruzar ríos, todo esto en la hermosa travesía que significa Sudamérica en moto... 





Tiene 37 años, a los 26 fue la primera vez que salió de su círculo de confort, egresó de Ingeniería de Ejecución en Informática pero no se tituló, para muchos una locura, lo dejó todo para seguir su sueño de convertirse en Guía de Montaña. En 2010 fue becado por la NOLS (National Outdoor Leadership School) en el programa Patagonia Year, el cual comprende distintos cursos al aire libre en formato de expedición en la Patagonia chilena, obteniendo la certificación WFR de primeros auxilios en zonas silvestres y Maestro en No Deje Rastro, programa ético medioambiental de mínimo impacto. Al día de hoy sostiene que fue la mejor decisión de su vida, la cual cambió en 180°, pero no era la última vez que tomaría una decisión así de radical. 


En este momento Susan y Ariel llevan a cabo un viaje épico, la aventura de sus vidas, la cual han llamado Expedición en Moto. Este viaje por Sudamérica en pareja y en sus dos Honda Falcon 400 no se limita a recorrer sólo las vías o lugares que los motociclistas suelen visitar, sino también descubrir esos sitios escondidos fuera del asfalto, realizar actividades de aventura como Senderismo de montaña (trekking), kayak, rafting, buceo y espeleísmo (excursiones en cavernas).

Hace dos años renunciaron a sus trabajos para iniciar ésta travesía, que los ha llevado por todo lo largo de Chile, Argentina, Uruguay, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia. 

Se han aventurado por rutas frías a más de 4.800 msnm en el desierto de Atacama, el más árido del mundo y han descubierto lugares mágicos como la Carretera Austral y Torres del Paine en Chile. La mítica Ruta 40 hasta la Ciudad más austral del mundo en Ushuaia, Argentina. Han recorrido las costas de Uruguay en Punta del Este y el Salar más grande del mundo en Bolivia, el Salar de Uyuni

Perú les ha regalado maravillas arqueológicas como el Valle Sagrado y Machu Picchu, pero también rutas perdidas en la Cordillera Blanca y el Parque Huascarán. Ecuador fue el trampolín para recorrer la Amazonía en Macas y Puyo donde tuvieron contacto con nativos que aun mantienen sus tradiciones, o Francisco de Orellana (El Coca), puerta de entrada para el Río Amazonas desde Ecuador.  

El calor y la coordialidad de Colombia los ha enamorado, así como también el Parque Tayrona en el Caribe, pero el país cafetero además desafió sus límites en la búsqueda del punto más al norte de Sudamérica, Punta Gallinas en la Guajira colombiana. El Nevado del Ruíz y la Quebrada de las Gachas fueron otros sitios de verdadera aventura y adrenalina. 

Han recorrido desde el nivel del mar hasta más de 4.800 msnm, cruzado salares, desiertos, selvas y bosques nevados, ríos, cascadas, hielo, barro y ripio. Los han azotado tormentas de arena, temperaturas inclementes que bajan de -12°C y en ocasiones sobre los 50°C, pero también han disfrutado de la calidad de las personas no solamente cuando han necesitado ayuda, pues siempre encuentran una mano amiga en la ruta. 

Un viaje que ha tenido risas, bailes, llantos de alegría y desesperación, satisfacción y miedos. Pero sobre todo alegrías, la alegría de vivir, de viajar juntos y compartir este proyecto de vida, este sueño de descubrir el mundo en moto.  

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