21 dic 2017

Gocta, una de las cataratas más altas del mundo

Se vende como la tercera catarata más alta del mundo, pero buscando información en Internet para saber cual eran las otras dos y descubrimos que en realidad es la 15° más alta con 771 mts. Aún así es realmente impresionante, llegar ahí es una aventura y el lugar que la rodea presenta una vegetación exuberante entre montes de geografía accidentada que nos cautiva. 

Para llegar a este mágico pueblo, salimos desde Vilcabamba en Ecuador tomando la vía principal, que en realidad no pareciera ser principal debido a que es de tierra, y como ha llovido, es puro barro entre una vegetación espesa y profundos acantilados sin barreras de protección, muy parecidas a las distintas “Rutas de la Muerte” en Sudamérica, ya sea la famosa ruta de Bolivia o las menos conocidas de Perú y Colombia.


Rumbo hacia la frontera de Perú por La Balsa

Nos habían advertido que con lluvia esta ruta podía ser difícil, pero decidimos hacerla de todas formas, pues también sabíamos que sería hermosa. Nos sorprenden los numerosos retenes militares en el lado ecuatoriano, nos paran un par de veces, pero no nos revisan el equipaje. Hace unas semanas pasaron por aquí unos amigos colombianos, nos dijeron que los militares en dos ocasiones les revisaron todo el equipaje. Es sabido que a los colombianos los revisan más que a otros.  

Una de las tantas "Rutas de la Muerte" no oficiales de Sudamérica

Los últimos kilómetros antes de la frontera con Perú fueron los peores, pues el radiante sol que nos acompañaba no había alcanzado a secar el infernal barro de la lluvia nocturna. El resultado fue una trampa de barro jabonoso que se ponía mucho peor en el tramo que debíamos hacer de bajada. Algunos locales pasabas en sus motos 125cc o 150cc patinando con sonrisas nerviosas, mirando nuestras pesadas y cargadas motos. 

Hace un año quizás habríamos caído algunas veces, ahora tenemos más experiencia con nuestras motos y cada vez la conexión con ellas es mejor, logramos sortear este obstáculo sin ninguna caída. Un pequeña victoria para ese día.

Hicimos los papeles clásicos en la frontera de Ecuador y luego seguimos hacia la de Perú que está unos metros más allá. Justo ese día fue el famoso y controversial Censo en Perú, en donde tenían la orden de no moverse de sus casas en todo el día, por lo que la aduana estaba medianamente cerrada. Tuvimos que esperar largos minutos hasta que llegara el agente a sellar nuestra entrada, pues no esperaban que nadie cruzara ese día.  

- No pasan muchos vehículos extranjeros.- nos confiesa sonriendo. Puesto que como en muchas fronteras, peruanos y ecuatorianos cruzan sin hacer papel alguno, mientras se mantengan en la ciudad fronteriza. -Hoy no podemos movernos de nuestros hogares o lugares de trabajo. Pero esa ley no aplica para ustedes.


Lo bueno fue que como nadie podía salir de sus casas ese día, teníamos la vía para nosotros solos, y eso se noto. En pocas horas pudimos avanzar varios kms, además que sorpresivamente el asfalto está en muy buen estado, mucho mejor que en la costa, y es una de las mejores vías de Perú. Lo disfrutamos mucho. 

Chachapoyas nos recibió con lluvias y algunos baches en esa casi perfecta carretera que veníamos disfrutando. Como está en buen estado, uno se confía hasta que aparece una zona meteorizada justo unos metros delante de tu rueda.

Entrando al pueblo nos habíamos decepcionado un poco, pues nuestra primera impresión de Chachapoyas no es lo que nos habían dicho, sin embargo al ir hacia el centro del poblado todo cambió. Es ordenado, limpio, bien cuidado, los moto-taxis están prohibidos, se respeta al motociclista y a los semáforos. Se ve que el turismo le ha hecho bien, aunque todavía es una actividad emergente en la zona. 

Toda la gente nos trata muy bien, no sé si porque Chile se quedó fuera del mundial o porque ya pasó el odio que nos ganamos con nuestros vecinos después de ganar la Copa América. Hay que decirlo, después de la Copa América, todos odiaban a los chilenos, en parte por los comentarios “levantados de raja” de muchos jugadores, y por el comportamiento de algunos compatriotas. Ahora las cosas han cambiado para bien, quizás no fue tan malo que Chile quedara fuera de Rusia 2018.

Dimos un par de vueltas por la plaza y los alrededores para buscar alojamiento, llegamos a uno que está recién abriendo sus puertas justo al lado de la plaza principal, se llama Norte Backpackers y es atendido por sus dueños. Aunque está al lado de la plaza no es caro, es limpio, tiene mucha onda y con estacionamiento para las motos. Nos costó 30 soles la habitación (que era gigante) con wifi, cocina compartida y el agua, era verdaderamente caliente, algo que no es fácil de encontrar en Perú. El clima es agradable para nosotros, pues aunque es selvático, está más bien alto, por lo que hace unos agradables 15 a 20 grados. 

Como de costumbre, fuimos a información turística para conocer más del lugar, conseguir un nuevo mapa de Perú y preguntar sobre la famosa Catarata de Gocta, una de las más altas del mundo. No siempre nos dan buena información, pero al menos sabemos un poco más de los lugares y obtenemos un buen mapa de la zona. Usamos también la aplicación para celulares Maps.me para ubicarnos sobre todo en las ciudades, pero en ruta nos gusta tener un mapa de papel para tener una visión más global.  

También fuimos a las agencias de turismo a preguntar por las salidas y tour que hacen, por dónde van, qué veremos y qué incluye, como si fuésemos a tomar el tour. Después calculamos lo que gastaríamos nosotros si vamos en moto o mochileando y vemos que nos conviene más, siempre lo hacemos así. Hay lugares que hay que hacerlos en moto, otros, no importa mucho como llegas.

En este caso nos conviene dejar las motos en el hostal, ir al terminal, tomar una combi y después un moto-taxi hasta la entrada de la cascada. También nos gustan estas experiencias, bajarnos un rato de la moto y recorrer los lugares a pie o en el transporte habitual que usa la gente local. (Aunque a veces decimos: por qué ¡”#$”# no vinimos en moto, pero otras veces es un acierto) 

Ese día conocimos a unos franceses bien buena onda, están hospedados en el mismo hostal. Uno de ellos compró una moto 150 cc en Colombia para recorrer Sudamérica. Sus amigos van mochileando y se reúnen con él en los pueblos para salir a recorrerlos juntos. Al día siguiente irían a los sarcófagos de Karajía, un lugar que también queríamos visitar, así que decidimos ir todos juntos. 

Hacia los sarcófagos

Llegamos al terminal de buses, y como éramos 8, fue más fácil regatear el precio. Los sarcófagos fueron descubiertos hace poco, como muchos de estos lugares, fueron saqueados y se llevaron los artefactos arqueológicos a museos particulares, de Sudamérica y de Europa. 


Misterios en los acantilados peruanos

El lugar nos impresiona menos de lo esperado, aun así, es increíble ver como esta antigua cultura ponía a sus muertos en sarcófagos que están ubicados en acantilados de muy difícil acceso. A presar de ser intrigante no recomendaría este lugar, está recién en desarrollo y las instalaciones no permiten que sea un lugar tan impactante como podría serlo.

De todas las excursiones a cascadas que se pueden hacer, decidimos ir a la de Gocta. Fuimos al terminal de buses para tomar una combi hasta el pueblito de Gocta, en la salida del pueblo le pagamos a un Moto-taxi para que nos llevara, son 6 kms de subida hasta la entrada por un camino vehicular de tierra. 

La caminata que realizamos por la exuberante selva es muy exigente. Nos dijeron que tardaríamos dos horas de ida y dos de regreso, sin embargo tardamos sólo una hora y media de ida, a paso lento pero constante, como decimos nosotros, “Al Ritmo del Paisaje”. Esta excursión presenta una fuerte pendiente entre piedras, escalones, tierra y, debido a las lluvias recientes, un poco de barro bien pegajoso. 

Vista lejana de la catarata

Toda la gente que encontramos es muy amable, tuvimos la oportunidad de conversar con uno de los lugareños que iba a caballo, se detuvo al lado del camino y nos empezó a conversar. Él estaba muy contento de vernos, y orgulloso de haber nacido y crecido en ese lugar. Él comprende lo importante que son los turistas para la economía de la región y nos contó cómo fue la historia del descubrimiento de esta catarata, pues él fue uno de los que acompañó al aventurero alemán que quiso ir a verla. 

Es una historia relativamente nueva, pues la catarata se dio a conocer recién hace 10 años. El 2003 un alemán llamado Stefan Ziemendorff, vio desde un pueblo cercano la cascada y quiso llegar hasta ella, cuando fue al pueblo de Gocta para buscar gente que lo acompañara, nadie quiso ir con él debido a la leyenda que rodeaba a la cascada. Según cuenta la gente, hay una sirena viviendo en las aguas de la cascada, aseguran que incluso un hombre desapareció debido a que se enamoró de la sirena y nunca más lo vieron. 


Caminando hacia la cascada

El hombre a caballo nos cuenta que cuando el alemán intentó reclutarlos para la expedición, en la zona los salarios eran de 3 soles diarios, el aventurero alemán les ofreció 20 soles diarios por acompañarlo, pero nadie quería ir. Entonces el tipo a caballo nos dice que él mismo conversó con su tío para convencerlo de acompañar al europeo. 

-Tío, ¿por qué no va uste’? Total, si le pasa algo ya vivió lo que tenía que vivir, y si no pasa nada vuelve con plata. 

El alemán con su novia peruana que vivía en la zona y el anciano guía local fueron hasta la cascada, no recuerdo cuanto tardaron en llegar, pero debido a lo difícil de la huella en esa época tuvieron que acampar en la cascada. Imaginen como debe haber sido recorrer esa espesa selva, no hace mucho, pero por caminos inexplorados. El tío dijo que no pudo dormir en toda la noche por los ruidos nocturnos de la sirena, él estaba aterrado

El 2006 volvió el alemán con exploradores y equipamiento traídos desde Alemania para medir la altura de la cascada. Nuevamente nadie quería ir con el equipo alemán, pero esta vez fue el tío el que convenció a su sobrino, el mismo que nos cuenta la historia.

 -Vamos, a mi no me paso na’ y ahora somos más.-

Así fue entonces que ambos acompañaron al equipo alemán. 
El del caballo nos cuenta con mucho humor que en ese entonces él no sabía nada de GPS ni “Estación total”, por lo tanto no tenía idea de cómo iban a medir la cascada, nos dice que se imaginaba usando una “pita” para descolgándose por la cascada y medir la altura. 

-Tío, yo no me voy a subir ahí, yo le sostengo la pita desde abajo. - nos cuenta riéndose.  

Cuando terminaron las mediciones y triangulaciones, el alemán les dijo: Prepárense que esto va a explotar de gente. El tío le decía al sobrino: “la sirena volvió loco a este gringo.” 

Y, efectivamente como dijo el “gringo loco”, Gocta explotó de exploradores, turistas, mochileros y aventureros que querían ver esta belleza y las demás cascadas que abundan en Chachapoyas, quizás algunas aún no han sido descubiertas. Todo cambió en Chachapoyas y en el pequeño pueblito de Gocta, pues actualmente existe una incipiente industria hotelera y gastronómica, donde los lugareños se están dando cuenta que es un negocio rentable, y al mismo tiempo, con la conciencia de hoy, lo están tratando de hacer sustentable. De hecho ellos mismos lo manejan, lo cuidan, hacen mantención y la entrada de 10 soles, es para la comunidad y seguir mejorando y construyendo nuevas instalaciones. 

Se pueden alquilar caballos, usualmente de regreso que es el tramo más pesado. Los arrieros son hombres y mujeres por igual

Rápidamente el ministerio de turismo de Perú comenzó a venderla como la 3ra más alta del mundo, aunque sabemos que eso no es así, de todas formas, sus 771 metros de altura son impresionantes. Sé que en unos años todo esto va a cambiar, esperemos que la comunidad lo siga haciendo bien y que el dinero no mancille este hermoso sitio que aún es natural.
  
Desde lejos ya nos impacta la altura y espectacularidad que tiene la cascada, entre más cerca más crecía nuestra emoción y expectación, íbamos un poco cansados, pero sabíamos que valdría la pena. 




Nos comenzamos a acercar a la cascada, ya desde unos 20 metros antes de llegar a ella la fuerza del viento y el agua nos oponía resistencia, y en pocos segundos ya habíamos quedado todos mojados. Susan y yo queríamos bañarnos en las aguas de esa catarata, pero hacía tanto frío que desistimos de ello. 

Sin embargo, estar parados ahí, a los pies de aquella monumental masa de agua que caía hacia nosotros nos transmitió una sensación sobrecogedora que nos envolvió. No sé si hay una sirena, pero sí hay algo mágico en esa caída de agua. 



Las fotos no logran capturar la inmensidad de la catarata

Habíamos llegado cansados, pero al estar parados en silencio bajo la fuerza del agua y el viento podíamos sentir como nos limpiaba, como nos renovaba, como si todo lo malo se fuera y quedaran solo las mejores energías, las más limpias y positivas. Realmente fue reponedor. 

Después de comer algo comenzamos el regreso, que debía ser más lento por las fuertes pendientes y escalones que nos llevarían a la salida, pero no fue así, de verdad nos sentíamos animados y energizados. Veníamos conversando alegremente en todo momento, felices por lo que habíamos descubierto, por estar conectados otra vez con la naturaleza de esa manera, y tardamos apenas una hora en regresar.




Ambos coincidimos que es lo más mágico y maravilloso que tienen los viajes, o al menos el tipo de viaje que nos gusta hacer; conocer y descubrir estos sitios naturales que nos renuevan y nos llenan el alma, purifican nuestros sentidos y nuestro cuerpo, esos lugares que tanto amamos, que solo los encontramos en la naturaleza. 


Los invitamos a seguir viajando con nosotros, en la próxima entrada seguimos descubriendo la selva peruana. 

Agradecemos a nuestros amigos y colaboradores; Relieve, Honda Colombia,  Honda Brasil, Liqui Moly, Cardo Scala Rider, Mx Metzeler Chile, Honda Adventure, Año 1, Bujías Brisk Chile, Trail on Fire, Loretta Motos Chile, Indo Trail, MotoCenter, ProCircuit, y Moto-K.

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