24 mar 2016

Pumalín, el sueño de un aventurero

Ésta entrada en nuestra bitácora está cargada de muchos sentimientos. Parque Pumalín, Conservación Patagónica y Douglas Tompkins... 

Inicialmente íbamos a las Termas del Amarillo, cuando de repente vimos el cartel del Parque Pumalín. Conversamos con el guardaparques y nos contó como era el asunto para acampar y los senderos de trekking, sonaba muy bien y como no somos muy de termas, decidimos ir al Parque. Que gran acierto!!!


En la entrada Sur del Parque Pumalín, sector El Amarillo


Pero volvamos en el tiempo. Tompkins...
Falleció recientemente en el lugar que más amó, la siempre Salvaje Patagonia. Él vino desde Estados Unidos junto a su gran amigo Yvon Chouinard en los 70's para escalar el monte Fitz Roy y el Corcovado, entre algunos otros. Desde entonces quedaron enamorados de la Patagonia, tanto así que luego de convertirse en un empresario exitoso (fundó The North Face), comenzó a involucrarse como activista medioambiental. Uno de sus proyectos más importantes está acá en la Patagonia chilena a través de la fundación Conservación Patagónica.
Se trata de unir la actual Reserva Nacional Tamango con el Parque Nacional Jeinimeni y muchas hectáreas que ha comprado para formar el Parque Nacional Patagonia
Actualmente está la voluntad de devolver el Parque Pumalín a los chilenos y entregárselo a la CONAF (Corporación Nacional Forestal) para que lo administren. 
Personalmente no sé que tan bueno sea, no por falta de voluntad de la CONAF sino por falta de recursos y la distribución de éstos. 
Ya existen en la actualidad algunos senderos y lugares que la CONAF no ha podido administrar por falta de recursos y se están perdiendo, sería una pena que el Pumalín también se pierda en el olvido... pero esa es sólo mi opinión.

Sigamos en la ruta, esa mañana no estaba lloviendo, pudimos guardar todas nuestras cosas secas y partir al Pumalín. Justo antes de llegar comenzó a llover por lo que nos pusimos los trajes de agua y continuamos en aquella hermosa ruta que une Chaitén con el sector llamado El Amarillo, al llegar a la entrada del Parque la lluvia era muy leve y nos permitió disfrutar de toda la magia que emana aquel lugar. 

Hacia el Pumalín

 Entrando al Parque


Está muy bien cuidado, hermosos y verdes prados, los senderos y caminos en muy buen estado. El sector de Camping habilitado, el Camping Grande le hace honor a su nombre. A penas llovía cuando elegimos el lugar para la carpa y al poco rato dejó de llover. Tener las cosas secas, algo tan básico, levanta mucho el ánimo a un viajero, sobre todo acá en la siempre verde Patagonia chilena, lugar donde todo se moja, así que agradecemos de seguir completamente secos.

Ya instalados en el Camping Grande

Como era temprano y había dejado de llover, decidimos ir al trekking corto llamado "La Ranita de Darwin". Es sencillamente hermoso, un bosque lluvioso que más que bosque realmente es una Selva fría. La caminata dura una hora y media aprox. Quizás nos demoramos más porque sacamos muchas fotos!!!



Recorriendo el sendero de la Ranita de Darwin, aunque no vimos ninguna el sendero es increíble!!

Sólo con haber hecho éste tramo ya estaba más que pagado el viaje al Parque, pero aún quedaba mucho que ver. 
Esa noche conocimos a otros viajeros, la mayoría ya se dirigía al norte para volver a clases o a sus trabajos, y muchos nos habían dicho que el ventisquero Queulat no valía la pena, que mejor visitáramos el Bosque Encantado que está cerca de la entrada del Queulat.  

Esa noche nos quedamos hasta tarde compartiendo por lo que como ya sabrán, no nos levantamos temprano. Que bueno poder darnos ese lujo, levantarnos cuando despertamos sin estar apurados porque hay que ir a un lugar o cubrir cierta cantidad de kilómetros. Disfrutamos cada lugar, y si el clima se pone muy malo y no alcanzamos a llegar a Ushuaia, no importa!!! Nos damos la vuelta y seguimos disfrutando hacia Argentina y luego Uruguay. 
Ya sabemos que en los viajes los planes pueden cambiar, lo que nunca debe pasar, es estresarse y pasarlo mal. 

Al día siguiente fuimos al trekking de 3 horas que nos llevaba al mirador del Ventisquero del volcán Michimahuida, una caminata muy hermosa entre la selva, aunque la anterior había sido más tupida, pero ésta era más exigente físicamente, pero apta para todo el mundo que guste de caminar.

Senderos en el Parque Pumalín

Esta noche nos acostamos más temprano pues al otro día sí queríamos madrugar para hacer la caminata más larga y exigente, eran 8 horas ida y vuelta. 

Sonó la alarma a las 8.30, pero nuestra imposibilidad de levantarnos nos ganó!! El guardaparques pasa todos los días en la mañana cerca de las 9.30 cobrando los $2.500 por persona que cuesta el camping. No hay electricidad ni agua caliente, pero la calidad de las instalaciones es muy buena. Todo limpio y ordenado. Así que un día más, nos levantamos tarde, a las 12.00 recién estábamos iniciando la caminata. 

El camino comienza ancho, alguna vez fue para autos y tiene una pendiente muy larga, deben haber sido unos 500 mts de pendiente fuerte y sostenida que come rápido las piernas. Nosotros subimos tranquilos sin apuro. La noche anterior habíamos salido del parque para ir a un supermercado que está justo afuera a  6 kms desde el camping hasta la entrada del parque y luego unos 100 mts por la carretera como ir hacia Chaiten y te encuentras al flamante Puma Verde. Acá tienen de todo y muy barato, desde libros hasta gas, chocolates y ropa técnica, frutas, verduras y un largo etc. Incluso combustible a buen precio. En el Puma Verde compramos nuestras raciones de marcha para el día.  

 La naturaleza es sobrenatural
La caminata sigue por éste antiguo camino vehícular que ahora sólo está habilitado para peatones hasta llegar al camping Ventisquero el cual está en construcción, cuando esté listo será uno de los más hermosos, tiene una vista impresionante al ventisquero del volcán Michimahuida, el cual era nuestro objetivo del día. 
Nos internamos en el bosque por senderos angostos pero bien cuidados, algunos puentes de madera hacían que la caminata fuera más atractiva aún hasta que llegamos al lecho del río. 
Hay que seguir el sendero mirando las estacas de aproximadamente 1.20 mts que están clavadas en el piso y los ùltimos 20 cms pintados de rojo. Sólo hay que ir atentos y no se perderán.
A lo lejos se divisa nuestro objetivo

De ida el sendero siempre va más pegado a la derecha y cuando se llega al río y pareciera que no hay como cruzarlo, hay que ubicar la estaca adentrándose en lo que pareciera un pasadizo secreto. De verdad todo muy hermoso. 
Esa pasada, la que llamamos pasadizo secreto, también tiene su encanto y dificultad propia. Sube y baja constantemente y hay que agacharse algunas veces para poder pasar el túnel de árboles que nos entrega la selva. 

Hora de refrescarse en éste caluroso día

A medida que nos acercamos a los pies del volcán y del glaciar, vemos como el paisaje cambia constantemente, hacemos una pausa para comer algo, hidratarnos y apreciar el bello lugar que nos rodea. Hoy hemos sacado menos fotos, no porque sea menos atractivo, sino porque hay que llegar pronto a los hielos "eternos". Salimos tarde y no queremos volver tan tarde de regreso al campamento. 
Acercándonos

El último tramo se vuelve más desnudo, los árboles comienzan a desaparecer para dar paso a los arbustos y finalmente la roca con poca o ninguna vegetación. 
En algunos tramos se pueden observar grandes nalcas, en el interior del bosque encontramos chaura y chaura blanca, así que íbamos comiéndolas. Yo las conocí hace 5 años cuando estuve acá con la NOLS pero no la había visto blanca.

Chaura blanca

Chaura

Michay

Susan encontró Michay, estaba muy rico y jugoso. Quedé con los dientes entre morados y azules, Susan se reía de mi y dejaba ver su azulina sonrrisa. 
Aún nos falta comer Calafate, pero dudo que encontremos ya en esta fecha. La leyenda dice que si comemos calafate volveremos a la Patagonia.

Antes de llegar a nuestro objetivo escuchamos un estruendo tremendo, miramos al lado y vimos como un pedazo de tierra se cae y deja al descubierto parte del glaciar, por lo que sin dudas, lo que veíamos no era sólo un montón de tierra sino un glaciar cubierto. Éstos se han estudiado muy poco, cuando trabajé para el Centro de Estudios Científicos (CECs), tuve la oportunidad de conocer y recorrer algunos glaciares rocosos de la IV Región.

Poco antes de llegar al glaciar

El sendero a estas alturas casi se pierde entre las rocas, y llegamos no tan cansados pero sí con hambre y sed a nuestro objetivo. El glaciar es gigantesco y magestuoso aunque lo cubre mucha tierra, de todas formas podemos apreciar lo que estamos viendo. 
Nos sentamos un rato para comer, beber agua y jugo y recuperar fuerzas. Son las 16:00 hrs y queremos volver antes que anochesca, de todas formas trajimos linternas por si nos demorábamos. 

Tocando el glaciar

Al regreso Susan se había quedado sin agua por lo que le compartí de la mía y rápidamente yo también me quedé sin agua. Ese día hacía mucho calor, el sol nos exigía seguir hidrtándonos, por fortuna la Madre Tierra es siempre generosa y bebimos de una de las muchas vertientes que se pueden encontrar a lo largo del camino, en una pequeña cascada nos refrescamos, nos hidratamos y cargamos nuestras bolsas de agua. Que agua más rica y fresca! 

El regreso fue un poco más rápido pues ya conocíamos el camino, de todas formas hicimos algunas pausas para comer algo y disfrutar de la vista. Llegamos al campamento con luz de día, ya no tan acalorados pero nos hicimos los valientes y nos duchamos con agua fría, uuuf! hace mucho que no me metía en agua tan helada, tanto que casi se desaparece todo con las contracciones naturales del cuerpo!!!

Hicimos una rica cena acompañada siempre de una deliciosa sopa para reponer las energías y la temperatura y nos fuimos a dormir más o menos temprano, ese día se habían ido casi todos los viajeros con los que habíamos compartido algo más que un vinito en la noche. Habían llegado otros que al parecer eran más ordenados pues se fueron tempranito a la cama. 

Antes de dormir nos quedamos conversando con una chica que ha mochileado no sólo en Chile sino también en Argentina, Uruguay y Brasil viajando sola. Nunca le ha pasado nada y viaja con poca plata. Nos contó que se quiere comprar una moto para hacer precisamente lo que estamos haciendo nosotros, pero nos dijo que ella no se pondría un plazo, simplemente se quiere ir a recorrer el mundo y no volver más. Esta terminando su carrera... puede que en unos años más cumpla su sueño, así como hoy cumplimos el nuestro. 

-Hola!! soy el guardaparques. ¿Cuántos son?
Así nos despiertan a la mañana siguiente. Eran las 10.00 am, terminamos de ordenar nuestras cosas, tomamos desayuno y nos dispusimos a dejar éste maravilloso y bello lugar. Completamente recomendable!!! 
Uno de los sitios más hermosos y sobrecogedores que he visitado, sin duda volveremos con Susan alguna vez y también nos gustaría recorrer los senderos del lado norte, cerca de Caleta Gonzalo.

Continuando al sur

La Carretera Austral nos espera, y muchas aventuras más. Próximo destino, La Junta!!

Buenas rutas y buenos vientos para todos.

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