24 oct 2017

El Desierto de la Tatacoa

Una hermosa noche de acampada en el Desierto de la Tatacoa, Colombia

En Neiva nos estaba esperando Natalia, una chica que es Motoposada en esa ciudad, nuestro amigo Andrés Hincapié de Cali se había puesto en contacto con ella. 

Decidimos dejar a mi Falcon Rockera descansando junto a todo el equipaje, llevamos al desierto sólo lo que necesitábamos para acampar por una noche. Nos han dicho que los sitios atractivos del famoso Desierto de la Tatacoa están cerca uno de otro y que vale la pena ver el amanecer. Aunque nosotros no madrugamos, podemos hacer un excepción. 

Así mismo nos dijeron que el desierto es caro, por lo que llevamos todo comprado desde Neiva, también hay un pueblito pequeño, llamado Villavieja, antes de ingresar al desierto en donde uno se puede abastecer. 

Desde Neiva hasta el Desierto de la Tatacoa hay solamente 45 kilómetros por una ruta que está relativamente en buen estado, aunque hay tramos en los que el camino está roto y "meteorizado" pero son pocos metros. Llegamos justo al atardecer, que debido a la cantidad de nubes no fue especialmente bello. 





Entrando al Desierto de la Tacacoa

En cambio nos dedicamos a buscar donde acampar. En frente del pequeño observatorio que está instalado en el desierto, se encuentra uno de los lugares más atractivos, el sector denominado Cuzco, justo ahí hay un camping, el cual tiene una vista privilegiada a esas llamativas formaciones rocosas. Tratamos de negociar el valor pero no tuvimos éxito. Siete mil pesos colombianos por persona en el camping. No es tan caro realmente, aunque no hay energía eléctrica, ni wifi, pero los baños son limpios. También alquilan cuartos y estos sí tienen luz eléctrica. 

Esto fue el 14 de septiembre, el día en que Susan está de cumpleaños, y debido a eso nos vinimos a celebrar al Desierto. La señora del camping también tiene para comer y beber. Como nosotros habíamos llevado para prepararnos unos deliciosos sándwiches, sólo compramos algunas cervezas para brindar por los hermosos y aventureros 29 años de Susan. 

Sin electricidad, sin Internet, y ningún turista o viajero para conversar, aprovechamos el tiempo para nosotros dos. Una vez que la señora apagó las luces de su local, nos fuimos a caminar por el desierto, en ese momento comenzó a despejar, tratamos de reconocer algunas estrellas, pero en este hemisferio son distintas a las que vemos en el sur. 





Conversamos como si hace mucho no nos viéramos, nos confesamos antiguos secretos, planes futuros y sueños venideros. Caminando tomados de la mano y solamente con una linterna frontal, la cual apagábamos a veces, nos amamos en la oscuridad y en la soledad de la noche. Definitivamente una velada para recordar. 

Dormimos muy bien (era que no), y como nunca madrugamos para ver el amanecer, a las 6 am estábamos en pie. Abrir la carpa, encontrarse con la moto y un paisaje de película es simplemente la vida que queríamos, brindamos por esta vida, la que elegimos y no la que nos tocó. 




 Acampando en el desierto

Tomamos varias fotos, en distintos ángulos, la protagonista por supuesto que era Janis Joplin, la Falcon Rockera de Susan. No había mucha gente, eso enriquece la experiencia de los visitantes en todo lugar. Decidimos comenzar por el sector del Cuzco, ya que estamos instalados ahí mismo. 




Una Falcon Rockera muy fotogénica

Realizamos una agradable caminata por un sendero en el desierto que está muy bien señalizado, se ve que han invertido en mejorar la infraestructura del lugar, en este momento es gratis, pero no me extrañaría que pronto comiencen a cobrar, y no creo que sea barato. 

Es muy fácil seguir el sendero, te vas adentrando en un laberinto de aquellas peculiares formas rocosas, talladas por la erosión del viento y del agua. Sus colores rojizos a la luz del sol nos tienen maravillados, con una sonrisa constante por la belleza del lugar que estamos contemplando. E incluso en aquel abrazador desierto, que ya a las 8 am te calcina, puedes ver diversa flora y fauna, de alguna manera la vida siempre se abre paso. 




El Sector del Cuzco, el más llamativo del desierto de la Tatacoa





Caminando entre las peculiares formaciones rocosas del Cuzco

Luego del Cuzco nos fuimos con la moto hacia el sector de los Hoyos, nos dijeron que es otra caminata atractiva para hacer y que hay una piscina en el lugar. Dejamos la moto estacionada llevándonos los cascos. La caminata es corta, una media hora quizás menos, también entre formaciones erosionadas, pero menos atractivas, tanto por su forma como por su color grisáceo no logran cautivar tanto. 

Lo que sí nos cautivó fue llegar a la piscina, cuando nos dijeron que había una, pensamos en un charco de agua con lodo en el desierto, pero en realidad es una piscina con todas sus letras. Cuesta 5 mil colombianos (mil pesos chilenos) por persona. Es muy caro, dijo Susan. Acá el dinero tiene un valor distinto. Le dije, estas de cumpleaños así que vamos. 



Caminando hacia la piscina


Feliz cumpleaños Susan, te amo con todo el corazón!

Tirarse un chapuzón en medio del desierto con el calor que teníamos, realmente no tiene precio y los 5 mil están más que bien pagados. Nos compramos una Coca Cola y pasamos el resto de la tarde chapoteando en la piscina, hasta que llegó un tour de brasileños. En 2 minutos la piscina se había llenado. Decidimos que era hora de continuar. 

Montamos la motocicleta y visitamos el resto de sitios de interés en el mapa, de los cuales la verdad estos dos son los que vale la pena mencionar, aunque el Desierto de la Tatacoa es un gran atractivo en sí mismo, las formaciones del Cuzco son las más impresionantes. 




Nos despedimos del desierto

Pero la celebración de cumpleaños no termina ahí. En Neiva nos estaban esperando algunos chicos para celebrar, claro que de esto Susan no tenía idea. En Bogotá conocimos a Maleja con su novio hace unos meses atrás e hicimos muy buena amistad con ellos, viven en Neiva y son del club Moto Riders Neiva, junto a Juan del Club Honda Neiva le tenían una sorpresa a Susan. Mientras yo la distraje ellos montaron todo con Natalia, una mesa con pastel y algunos regalos, Maleja por su parte también le había llevado una tortita. Muchas gracias amigos por la sorpresa, hicieron que la noche de Susan fuera aún más especial. 





Celebrando a Susan en Neiva

Natalia nos puso en contacto con Don Armando quien vive en San Agustín, el próximo lugar que queríamos visitar en Colombia. Nos dijo que él vive a las afueras del pueblo en el campo, por lo que esperábamos un lugarcito donde poner la carpa. Nuestra sorpresa al llegar fue monumental!! 

No se pierdan la próxima aventura, arqueología en San Agustín y nos despedimos de Colombia saliendo por el Putumayo hacia la selva de Ecuador.

En esta ocasión agradecemos de forma especial a un nuevo colaborador de la Expedición en Moto, pues Cardo Scala Rider nos envió desde Estados Unidos 2 intercomunicadores, los SmartPack Duo. Estamos muy felices con estos nuevos y modernos dispositivos. 

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