22 oct 2015

Día 15, Cruzando Fronteras

Como llegamos tarde donde Pablo no nos acostamos muy temprano. Conversamos con su madre y con él sobre varios temas, incluidos los viajes en moto. Y como señaló Susan, tomamos Fernet.

Como de costumbre pusimos la alarma a las 9:00 am. Ya todos estaban levantados. Conocimos al padre de Pablo. Todos muy simpáticos. Desayunamos y llegó otro amigo de la familia que nos ayudaría a resolver el problema de la pata de cambio de la Cobriza.

El lugar estaba sólo a un par de cuadras de la casa así que fuimos caminando. Susan se llevó la moto en segunda. El mecánico nos dijo que probáramos poniendo otra pata, ésto lo habíamos hecho en Santiago, pero el vástago donde va puesta la pata de cambio también está medio gastado, por lo tanto a los pocos kms se suelta otra vez, y por eso la habíamos soldado. Uno de esos arreglos "provisorios para siempre" ya que, para cambiar el vástago, había que desarmar todo.

Pablo indicándole a Susan cómo llegar donde el mecánico

Pablo fue en bicicleta a comprar otra pata, trajo dos para probar cual quedaba mejor. Le pusimos la que mejor quedaba y el perno que lleva engranó muy bien. Aun así le pedimos al mecánico que le pusiera un "pinchazo" de soldadura por si acaso. Y así lo hizo. La pata de cambio quedó perfecta!! Un poco más corta pero estaba genial. No nos cobró nada por esta labor y Pablo tampoco nos recibió el dinero de la pata, se la regaló a Susan.
Luego fuimos a dejar la otra pata que Pablo había traído.

Cambiándole la patita herida para luego soldar

Almorzamos con la familia de Pablo e intercambiamos muy gratas conversaciones, al padre de Pablo le causó curiosidad nuestro acento, aunque dice que yo hablo más cantadito que Susan. Algo curioso, ya que usualmente en Chile pensamos que nuestro acento es el más neutro y fome de América.
Nos hubiera gustado quedarnos más con ellos, pero ya nos quedaban sólo dos días para llegar a Chile, la lluvia y la nieve una vez más amenazaban con cerrar el Paso Los Libertadores.

Una de las razones por las cuales me había contactado con Pablo previamente, se debía a que como íbamos a estar cerca, yo quería comprar su libro Cruzando Fronteras que escribió en conjunto con su hermano Gabriel. Relatan 4 viajes que hicieron en moto a distintos lugares de Latino América. El libro es completamente autogestionado!!

Para nuestra sorpresa, y más para la mía, Pablo nos regaló el libro e incluyó una dedicatoria. Sin duda hemos acumulado grandes momentos en este viaje. Así que nos vamos a seguir Cruzando Fronteras.
Otra vez, muchas gracias Pablo!! Qué grande!

Cruzando Fronteras, en mi bolso de estanque

Nos tomamos las fotos de rigor y Pablo realizó un video de nuestra estadía con él, lo pueden revisar en nuestra página de facebook.

Con toda la familia antes de partir

Inicialmente queríamos haber llegado lo más lejos posible y haber recorrido el camino de las Altas Cumbres. Pero salimos de Santo Tomé, que está pegadito a Santa Fe donde vive Pablo, a eso de las 13:00 hrs. Pasamos a comprar aceite para rellenar por si acaso y cargamos nafta.

Como no puedo exigir a mi SuicideGirl, nos fuimos casi todo el camino a 90 km/h, 5.000 rpm. Esto fue bueno ya que aumentó el rendimiento y las motos, ahora daban 22 kms por litro. Usualmente dan 20, y con viento en contra y a 120 nos han dado 17!!!

Algo que no habíamos relatado y agrego ahora, es que en Argentina es común ver controles de la policía caminera en la ruta. A veces en casetas, a veces están en containers pidiendo los papeles. Y siempre tenían varios conos en la vía. Así fue que ya con Susan cada vez que veíamos conos, sabíamos que estaba controlando la policía caminera. 

Por alguna desconocida razón, no nos controlaban a nosotros, cuando los veíamos bajábamos la velocidad y pasábamos por el lado de ellos saludando, siempre nos devolvieron el saludo. 
Pero esta vez sí nos detuvo un policía, estaba sólo, por un momento pensé que podía pedirnos una coima, habíamos leído de eso. Nos preguntó de dónde veníamos y hacia dónde íbamos. Y luego añadió con una sonrisa, "Que tangan buen viaje".  

La ruta tiene hermosos paisajes, colores vivos, y aunque sigue siendo vasto y extenso, también se ven muchos árboles cerca de la ruta. Y nuevamente volvimos a ver unos de los mejores atardeceres en la amplia carretera argentina. Comentamos que en ocasiones da la impresión que en argentina los atardeceres se ven más espectaculares ya que tiñen todo el lienzo del cielo hasta donde alcanza la vista, sin nada que se interponga. Y sí que hemos visto atardeceres acá en la ruta, siempre llegamos de noche aunque tratemos de evitarlo. Ese día no fue la excepción.

Mi cámara no capturó la espectacularidad de ese atardecer, la foto no le hace justicia

Dimos pocas vueltas en Villa Carlos Paz, que nos pareció atractivo así que deberemos volver. No veníamos con hambre ya que pasamos a comer en la ruta en un local muy llamativo, pero estábamos un poco cansados, por lo tanto nos quedamos en uno de los primeros hoteles (sí, por primera vez en el viaje en un HOTEL) que vimos. Tenía pinta de no ser tan caro. Pregunté y como ya íbamos de regreso a Chile, podíamos permitirnos pagar $100 más de lo que habíamos pagado. Es decir, $400 los dos. No era caro y era cómodo. Incluía desayuno.

La chica de la recepción quedó atónita al ver a Susan en esa moto cargada apenas tocando la punta de los pies y moverla con tal ligereza. Nos hizo muchas preguntas acerca de nosotros y del viaje.

Buena iniciativa publicada en el baño del Hotel Hawaii. Así que a cantar sólo una estrofa!!

Nos dormimos temprano ya que al otro día sería nuestro penúltimo día en la ruta que incluía el Camino de las Altas Cumbres. Nada podía fallar, no quedaban más días de gracia y eran varios kms hasta Mendoza, donde nos esperaría Mario Casas, presidente de L.A.M.A. Mendoza.

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