12 oct 2015

Día 6. Cruzando la frontera

Nuevamente la alarma nos despierta a las 9 de la mañana. Estaba anunciada lluvia, pero aunque está nublado y hace frío, ninguna gota cae. Hasta este momento hemos tenido suerte y hemos zafado de la lluvia constantemente.

Comenzamos a equiparnos y a preparar las cosas para partir. Víctor, que se ha levantado también, nos conversa alguna de sus anécdotas. Él también es viajero, aunque en cuatro ruedas, y nos recomienda algunos destinos. Nos sugiere desviarnos hacia cataratas de Iguazu, en busca de algo de sol, pero la meta es clara y decidimos continuar, independientemente del frío, y de la amenaza de lluvia permanente.

Es difícil parar de charlar, pues Victor es muy dicharachero, y entre temas de fútbol, política, viajes y demases, se nos va la hora. Pero hay que partir, así que nos despedimos y vamos en busca de algo para el desayuno.

En un almacén cerquita compramos pan y queso, y buscamos un lugar adecuado para una comida rápida, pensamos que la costanera es un buen lugar, y, oh! Sorpresa! Una escalerita nos conduce a la orilla del río, donde hay mesas y bancas dispuestas para un picnic. Allí sí que es un buen lugar para el desayuno.

Desayuno a la orilla del... río?

Comenzamos la travesía hacia Uruguay, la distancia es corta, pero no sabemos qué tan largo será el trámite aduanero.

Estando en aduana conocimos a otro chileno que estaba viviendo en Buenos Aires, quien renovaba el permiso para tener su auto en Argentina. Esto nos hace tener muchas buenas ideas, que quizás les contemos mas adelante.

El cruce de la frontera está vez es muy rápido, allí mismo cambiamos algunos dólares por pesos uruguayos y nos conseguimos algunos mapas de Uruguay.

Pasando a la República Oriental del Uruguay

Empezando a recorrer la ruta 12 que nos llevará a Montevideo, nos encontramos con pasaje nuevo. Puras colinas verdes, y un poco más allá algunos bosques. Acá el camino es sinuoso y con pendientes ascendentes y descendentes. También los pueblos están más cerca el uno del otro, y eso hace sentir el trayecto más corto. Cruzamos el pueblito de Mercedes y luego Rosario por la ruta 2, esta última en muy mal estado, llena de baches y parches. Nos sorprendemos con el precio de la nafta, es carísima!!! Como nos arrepentimos de no haber traído unos miles de bidones repletos de bencina!!


El viento sigue siendo inclemente, no nos ha dado un respiro. Cuando alcanzamos la ruta 1, la temperatura había descendido tanto, que íbamos congelados sobre la moto.

Una vez llegamos a Montevideo fuimos al puerto, allí nos sorprendió enormemente el color del agua, era marrón!! Claro, después supimos que eso no era océano sino el río de la plata. El frío era tan intenso que arrancamos rápidamente en busca de un hostal. Primero fuimos al centro de Montevideo a cambiar dinero, allí conocimos la plaza Independencia y otros lugares emblemáticos.

Costanera de Montevideo, cerca del puerto

Esa noche alojamos en un hostal llamado Puntoberro, en una zona más residencial alejada del centro. Es caro, lejos lo más caro que hemos pagado, 36 dólares, pero así vamos descubriendo que Uruguay es muy caro.

Ya una vez acomodados, fuimos a buscar un lugar para comer. Dimos mil vueltas y no encontramos nada! Preguntamos y nos mandaron a un restoran, supuestamente barato, pero que ya por pinta parecía ser carísimo, entramos y pedimos la carta, afortunadamente estábamos sentados o nos hubiéramos ido de espaldas. Arrancamos de ahí, nos escusamos diciendo que queríamos parrillada, jajajjaaj.

Volvíamos derrotados y justo en la calle por la que caminábamos encontramos un restorancito con pinta de picada "La Vitamínica", acertamos. Pedimos el clásico "chivito canadiense", una delicia, es un sándwich realmente delicioso (no es de chivo, sólo el nombre). Estando ahí nos dimos cuenta que era un lugar casi de culto y con tradicción, los manteles eran un recorte de una revista que por allá en el año 92' les hizo un reportaje comparándolos con Mc' Donald, unas comparaciones muy entretenidas de leer.

Comiendo "chivitos" en La Vitamínica

Con la guatita ya llena nos fuimos de regreso al hostal, a descansar para mañana ir a Punta del Este!

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