13 oct 2015

Día 8. El viaje se convierte en Aventura

Con ésta imagen nos despedíamos de La Barra y de Punta del Este

Nos levantamos para tomar desayuno en el hostel. La idea era ir a Punta del Diablo.
Esa mañana tuve un mal presentimiento. Quizás porque hacía frío, quizás porque la lluvia venía amenazando hace días. Pero no había nada objetivo que nos hiciera quedarnos ahí, y aunque se lo comenté a Susan, no le dimos importancia. 
Luego lo comentamos y ella recuerda que le pregunté varias veces si quería ir o quedarse, como buscando un excusa para no salir ese día, pero no teníamos ninguna. 
A veces hay que escuchar esos presentimientos. 

Esa ruta es muy bonita. Los colores y los paisajes. Nos fuimos por el camino costero. Pasamos a José Ignacio, que nos habían dicho vale la pena conocer. Ahí encontramos un faro, no pudimos subir porque estaba en mantención. Pero sí era verdad, valía la pena conocer ese lugar.

En el faro de José Ignacio



Luego tomamos una ruta de tierra que estaba en muy buen estado, nos recordó mucho el campo chileno, hasta queltehues había. Llegamos a una laguna en la que están construyendo un puente, Garzón se llama el lugar. Mientras se termina el puente hay que pasar en bote. Primera vez que nuestras motos cruzan el agua!!. Una gran experiencia para todos. 

Listos para subir al bote

Cruzando al otro lado


Pasamos a cargar nafta y aprovechamos de controlar el aceite, ambos estábamos un poco bajos así que pasamos a comprar a un pueblo llamado Rocha. El tensor de cadena estaba sonando más fuerte. Pregunté por repuestos y me dijeron que en Chuy podíamos encontrar para la Falcon. Eso a unos 100 y pocos kms desde Rocha. Así que la idea era llegar a Punta del Diablo y alojar ahí, quedaban unos 100 kms y al otro día ir a Chuy, que es la frontera con Brasil, ahí según nos dijeron es barato. 

Por el caminito de tierra :D

Nos quedaban 10 kms para llegar a Punta del Diablo. Hacía frío pero había menos viento, la ruta pasa entre bosques de árboles muy altos y tupidos, íbamos a 100 km/h promedio, cuando escucho un golpe metálico que sonó en el motor. Inmediatamente siento la moto como cuando se baja un cambio, se frenó un poco pero siguió andando. Reduje la velocidad y puse atención al pasar los cambios. Pasé 4ta, ningun problema, bajé a 3ra y todo bien. Paré a un costado para ver que todo estuviera en orden. No había aceite (esperaba encontrar algo roto), pero se veía todo bien. Al hacer partir la moto, no arrancó más. 

Traté de sacarla en 3ra, nada. En 2da tampoco. Quiso agarrar en 2da pero nada. No sabíamos qué había en Chuy, ni si era cierto el rumor de repuestos, ni cuanto nos iba a costar. Pero quedaban como 40 kms. 

En cambio, teníamos un contacto en Montevideo, gracias a un chileno del Grupo LAMA (Latino Americanos Motociclistas Asociados), Italo, que nos había puesto en contacto con Sheila. Y en La Barra había un hostel que ya conocíamos y que estaba abierto, uno de los pocos. 

Por lo tanto le propuse a Susan que me tirara en la moto. No estaba muy convencida pero me dijo que sí. Así que amarré las motos entre ellas al pedal con un cordín que yo llevaba, pensado para un caso como este. Eran 160 kms aproximadamente que Susan debía remolcarme y eran las 18:00 hrs. En Santiago compré una luz intermitente led roja bien potente. Como las que usan las bicicletas para que nos vieran en la noche. La puse atrás en la moto y quedó muy bien. De todas formas de vez en cuando yo encendía las luces para que nos vieran. La carretera en ese tramo, de noche, es muy oscura. 

Y estamos en el día 8. En 5 día más debemos volver sí o sí para estar en nuestros trabajos. Así que había que actuar rápido. 

Esa noche fue justo la más fría, íbamos a una velocidad promedio de 60 km/h. Un poco por las pendientes y por el viento en contra. 

Llegamos a La Barra cerca de las 20.30 hrs. Sin novedad, pero con hambre y frío. 
Al llegar al hostel nos conectamos a internet y contactamos a Sheila para contarle y ver si nos podía orientar ya que previamente nos había dicho que tenía un mecánico de confianza en caso de necesitar. 
Ella publicó en Facebook nuestra situación y en menos de una hora ya había llegado la ayuda. Guillermo, de Uruguayos en 2 Ruedas. Él también tiene una Falcon. Se contactó con un mecánico amigo de él por teléfono, le conté lo que había pasado y pensó se había roto el tensor, quizás la cadena de distribución también y que eso había dejado fuera de punto la moto. 

Revisando a la Tatuada, parece que sí es media SuicideGirl!!!

Fuimos a la casa de Guillermo a buscar un tensor, por suerte él tenía uno!! Se lo cambiamos pero no partía, posiblemente por estar fuera de punto. 

Mientras hacíamos eso, Susan cocinó y gente del Motogrupo Bigote se contactó con ella. Carlos nos ofreció alojamiento y Julio se ofreció a ir al otro día para revisar la moto. 

Pensando en la solución

Muy agradecidos con Italo, Sheila, Guillermo, Carlos y Julio. Y mucha gente más que mostró preocupación por nosotros, nos apoyaron y enviaron buenas vibras. 

Esa noche comimos a eso de las 2:00 de la mañana, no había mucha hambre, y nos fuimos a dormir pensando en muchas cosas... 

Gracias Guillermo!!

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